Agonía

martes, 18 de diciembre de 2012

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No puedo preguntarme porque respuestas no tiene mi mente, el corazón llama y opaca su mirada. Noche fundida en la luz de su luna, quizá por un momento pensó que sería la única. Es cierto que la vida es muy burlona, juega cada día y el alma alborota. No puedo culparte, pues inhumano sería, cómo reclamarte que me hayas vencido. Por eso esta noche juego al olvido, no sé si te importe esta batalla haber perdido. Puede que la única salvación sea mi armadura romper, puede que si lo hago mañana me llegues a reconocer. Prefiero marcharme y no confesar, no confesarte nunca este pesar.