Ha llegado la oscuridad a mi vida,
mi corazón se empieza a ahogar
entre las lágrimas de este dolor inmenso
que forman un mar de confusión.
Llegué a pensar que existía la confianza,
fuí ingenua y pensé que existía la eternidad.
Hoy, el amor que un día se hizo intenso
sólo se queda mirando al borde del dolor,
aún su rostro nos muestra felicidad
pues no ha perdido la esperanza y el amor ahi está.
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