Relato

domingo, 11 de abril de 2010

 

El tictac de este reloj no para de sonar, es obvio, entre tanto silencio y soledad hasta el más mínimo sonido se puede escuchar. Escucho el canto de las aves y el maullar de aquel gato, puedo oir cada carro e imagino con cada sonido lo que afuera sucede. ¿Por qué sólo lo imagino? ¿Por qué no salgo a ser testigo de cada paso, de cada minuto transcurrido?

Me baño y me visto, tomo una taza de café y unas galletas, tomo mis llaves y me dispongo a salir. El brillo del sol me obliga a entrecerrar mis ojos pero no obstante doy unos pasos más, cierro la puerta y me voy a caminar. Sí, todo sigue igual, mis vecinos hacen su misma rutina, los perros siguen ladrando y... todo sigue igual.

Me dirijo al puesto de periódicos, pues ya no sé ahora a quién secuestraron o mataron, quienes chocaron, quienes murieron ni a quienes atropellaron (hay veces que la vida me da tanto asco, por culpa de los que gozan con el miedo y el dolor de los demás). Al mirar el periódico de hoy, me fijo en la fecha, y me doy cuenta del tiempo que perdí encerrada en la oscuridad, como si me hubieran secuestrado, creo que me secuestré a mí misma. Las emociones invaden mi ser, no sé si estoy feliz porque pronto mi vida dará un giro, o triste porque pronto me alejaré de aquí; no sé si estoy enojada conmigo misma por cegarme, o agradecida porque por fin hoy lo comprendí.

Voy camino a un parque y me doy cuenta que ya pintaron las bancas y las jardineras, ha comenzado a oscurecer y miro el cielo, veo que el brillo del sol se atenúa y se esconde en el horizonte, enfrente de él está la luna muy tenue, pero dispuesta a brillar como todas las noches. Miro el reloj y aunque ya no oigo su tictac, lo puedo sentir. 

Llego a mi casa y limpio mi habitación, así como también limpio mi alma y pinto mi nuevo camino, pues debo pintar nuevos caminos que me lleven a un lugar mejor ya que los caminos viejos no lo lograron; algunos sueños se atenuarán como la luz del sol, pues algunos sueños sólo pueden realizarse con otros sueños en común, pero así como la luna empezará a brillar esta noche, así seguiré brillando y mostrando la misma luz de siempre, siendo tan clara como siempre fui. Sé que para algunas personas seré una luna nueva, porque no podrán mirarme (debido a que me hayan perdido o simplemente no sean capaces de encontrarme entre tantas nubes, o peor aún, con un cielo despejado); mientras que para otros seré una luna llena, tan brillante y radiante, y ellos podrán ver en mí virtudes que tal vez yo ni conozca, o defectos que por más grandes y feos que sean, no opacaran mi brillo y mi luz. Porque soy un ser humano que no está libre de defectos y tropiezos, pero aunque me cueste trabajo me he de levantar y si no lo hago por mi fuerza de voluntad, algo a mi alrededor me ayudará.

Oigo el tictac de mi reloj, que me dice: "levántate que otro día ha empezado ya".








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